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El Supremo de Brasil coloca a Temer al borde de la destitución

La palabra impeachment vuelve a resonar por todo Brasil, justo un aƱo despuĆ©s de la caĆ­da de la anterior presidenta, Dilma Rousseff. La diana apunta ahora al hombre que desplazó a Rousseff en 2016, su entonces vicepresidente, Michel Temer. El Tribunal Supremo autorizó ayer abrir una investigación judicial a Temer despuĆ©s de que un empresario le haya situado en el centro de una supuesta trama de sobornos. Temer anunció que no dimitirĆ”, pero han comenzado las deserciones entre sus aliados y los mercados entraron en pĆ”nico.


Brasil, el mayor paĆ­s de AmĆ©rica Latina y la novena economĆ­a del planeta, ha vivido las Ćŗltimas semanas lo que se ha bautizado como O fim do mundo, las confesiones de los ejecutivos de la mayor constructora del paĆ­s que han implicado en el cobro de sobornos a prĆ”cticamente toda la clase polĆ­tica. Pero mĆ”s allĆ” del fin del mundo aĆŗn habĆ­a otra crisis por venir. La prueba llegó con la apertura ayer de la Bolsa de SĆ£o Paulo, hasta ahora impĆ”vida a las convulsiones polĆ­ticas. El mercado sufrió el mayor desplome desde el hundimiento de Lehman Brothers, hace 10 aƱos, y tuvo que suspender temporalmente las cotizaciones veinte minutos despuĆ©s de la apertura. Y eso que aĆŗn no se conocĆ­a la decisión del Supremo de autorizar la investigación a Temer.
El origen de la nueva sacudida se sitĆŗa otra vez en las confesiones de empresarios acusados de pagar sobornos a cambio de favores polĆ­ticos. Ahora son los dueƱos del imperio cĆ”rnico JBS, el mayor donante de las campaƱas electorales de los principales partidos del paĆ­s. SegĆŗn reveló el periódico O Globo, el presidente de JBS, Joesley Batista, grabó una conversación con Temer en la que le comenta que estĆ” pagando un soborno mensual para comprar el silencio del expresidente de la CĆ”mara de Diputados Eduardo Cunha, condenado a 15 aƱos de cĆ”rcel por corrupción. La respuesta de Temer, segĆŗn O Globo, fue: “Eso tienes que mantenerlo, ¿vale?”.
La noticia conmocionó inmediatamente al país. En algunas ciudades cientos de personas, ligadas a grupos de izquierda, se echaron a la calle. Horas después, los acontecimientos estrechaban el cerco sobre el Gobierno. El Supremo decidía retirar la condición de senador a uno de los principales sostenes de Temer, el líder del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), Aécio Neves, que a punto estuvo de arrebatar la presidencia a Rousseff en las elecciones de 2014. La Policía dispone de pruebas documentales de sobornos pagados por JBS a Neves.
Temer, que ya habĆ­a emitido una nota negando los hechos en la noche del miĆ©rcoles, hizo este jueves un pronunciamiento pĆŗblico para insistir en el desmentido y asegurar: “No dimitirĆ©”. El presidente parece decidido a aferrarse al cargo pese que Ć©l mismo reconoció que se abre una “crisis de proporciones polĆ­ticas aĆŗn no dimensionadas”.
Los aliados de Temer van a poner a prueba su capacidad de resistencia. Dos ministros anunciaron su dimisión -uno de ellos rectificó mĆ”s tarde- mientras un grupo de parlamentarios del PSDB comunicó que se va a sumar a las peticiones de impeachment ya registradas por diputados de la oposición.

Apoyos precarios

La reacción de los mercados ilustra tambiĆ©n la precariedad del Gobierno. Con unas cuotas de popularidad sonrojantes —tiene el apoyo de menos del 10% de los brasileƱos—, los grandes sectores económicos, dentro y fuera del paĆ­s, estaban siendo su gran sostĆ©n. El mercado apostaba a que Temer lograrĆ­a sacar adelante en el Congreso su programa de liberalización económica, que incluye una reforma laboral y recortes en el sistema de pensiones. El presidente estaba empeƱado en aprobar esas propuestas, pese a que le han costado una huelga general y las crĆ­ticas de una parte de sus compaƱeros del Partido del Movimiento DemocrĆ”tico BrasileƱo (PMDB), una formación sin ideologĆ­a definida, que pacta a derecha e izquierda, segĆŗn la coyuntura.
En la nueva crisis política vuelve a desempeñar un papel decisivo Eduardo Cunha, también del PMDB y uno de los personajes mÔs siniestros de los muchos que pueblan la política brasileña. Como presidente de la CÔmara de Diputados, Cunha jugó un papel decisivo en 2016 en la caída de Rousseff con el propósito, según confesión reciente del propio Temer, de parar las investigaciones judiciales en marcha contra él. Pero había demasiadas pruebas de que cobró sobornos millonarios y no pudo esquivar la cÔrcel. En los últimos meses, no cesó de enviar mensajes amenazantes desde prisión. Cunha pasa por ser depositario de algunos de los peores secretos de las cloacas políticas de Brasil

                                                                                                         fuente. elpais

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